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El burnout financiero: cuando ahorrar, invertir y “ser productiva” también cansa

¿Alguna vez has sentido agotamiento de tanto “portarte bien” con el dinero?

Te levantas temprano para ver tus inversiones, tienes tres apps de ahorro instaladas, recortaste todos los gustitos… y aun así, cada quincena te sientes harta, ansiosa y sin ganas de seguir....

Bienvenida al club del burnout financiero, el primo incómodo del burnout laboral. Es esa sensación de cansancio emocional y mental causada por el estrés constante de querer hacer TODO perfectamente con tus finanzas. (spoiler, eso ni existe bestie)

Ser la “más productiva” también agota cuando se trata de dinero. Vivimos obsesionadas con la mejora continua: sé más disciplinada, ahorra más, invierte mejor, emprende, diversifica ingresos…
Esta presión de ser la mujer maravilla financiera puede volverse asfixiante. Y lo paradójico es que no aparece de un día para otro; el burnout financiero es acumulativo. Resulta de meses o años de estrés y autoexigencia económica constante. Es como una olla exprés: te sobrecargas de metas (juntar el enganche de la casa, pagar deudas, construir tu fondo de inversión, todo a la vez) y te culpas si aflojas tantito. Cuando por fin quieres “descansar” de pensar en dinero, viene la culpa: “¿Cómo voy a relajarme si aún no logro la libertad financiera?” 

Esta mentalidad de “no tengo derecho a descansar hasta cumplir mi meta” es justamente una señal de un burnout. Los expertos lo describen como pensamientos tipo: “Trabajo y trabajo y no avanzo”, “Nunca es suficiente lo que ahorro”, “No puedo darme ni un respiro” Empiezas a ver el dinero solo como una lista interminable de tareas y preocupaciones, sin espacio para disfrutarlo. Incluso gente con aparente estabilidad económica puede sufrirlo: si te impones metas irreales o tienes miedo constante al fracaso financiero, el desgaste emocional no distingue tu saldo bancario... De hecho, la American Psychological Association ya reconoce el burnout financiero como “agotamiento por presión económica continua” No es simple estrés pasajero por un gasto inesperado, es un cansancio crónico que puede afectar tu salud mental bieeen canijo.

¿Cómo saber si estás en burnout financiero? Fíjate en estas red flags, muy parecidas a las del burnout de trabajo pero aplicadas al dinero literal:
  • Cansancio al hacer tareas financieras: sientes una flojera extrema o ansiedad de solo pensar en presupuestar, revisar tus cuentas o pagar servicios. Procrastinas trámites básicos porque ya no puedes con más.
  • Irritabilidad y negatividad con el tema dinero: cualquier conversación sobre finanzas te pone de mal humor. Llega tu estado de cuenta y piensas “¿para qué me esfuerzo si nunca es suficiente?”
  • Decisiones impulsivas o evitativas: irónicamente, tantas restricciones pueden llevarte a tirar la toalla. Un día explotas y haces una compra impulsiva grande (“me lo merezco, ya qué”), o por el contrario, dejas de revisar tus inversiones/ahorros por estar completamente agotada.
  • Sentimiento constante de culpa o fracaso: aunque logres metas, casi no sientes satisfacción. Inmediatamente te fijas la siguiente exigencia. Si gastas en algo “no productivo”, te atosiga la culpa.
  • Te comparas con quien sea y siempre pierdes: ves a alguien ahorrar más, invertir en algo novedoso, o presumir un nuevo negocio, y sientes que tú estás atrás... Esta comparación constante alimenta tu autoexigencia y ansiedad.

Si tachas varias casillas, es hora de take a break... No estás sola: la encuesta nacional de salud financiera en 2023 reveló que más de la mitad de los mexicanos se sienten poco o nada tranquilos con la suficiencia de sus ahorros. O sea, la mayoría vivimos con la sensación de “no estoy ahorrando/invirtiendo lo suficiente”, y esto solo es el fruto de tu agotamiento. No sorprende que 7 de cada 10 mexicanos padezcan estrés financiero moderado o alto y que incluso en los trabajos se note: el estrés por dinero manda a la fregada toda la productividad laboral de las personas es un ciclo de nunca acabar: te presionas para rendir más y ganar más, pero el mismo estrés termina afectando tu rendimiento.

¿Cómo salir del burnout financiero (sin renunciar a tus metas)? Aquí van algunos consejos respaldados por expertos para aflojar la cuerda sin soltarla del todo:
  • Recuerda tu “para qué”: Tanto desmadre tiene que tener un propósito que te motive, no solo “porque toca”. Redefine tus objetivos financieros de forma realista. Por ejemplo, en lugar de “no gastar en nada hasta juntar para el enganche”, destina un porcentaje a placer sin remordimientos. Celebra también pequeños logros (como pagar una deuda) recompensándote con algo! Esto te recarga las pilas para seguir.
  • Presupuesto con espacio para vivir: Sí, la famosa regla 50/30/20 dice 20% ahorro, pero ojo: 30% son “gustos”¡Úsalo! Incluye en tu presupuesto mensual cafés, salidas o caprichos. No satanices gastar en ti, porque esa rigidez total solo aumenta el sentimiento de que te estas ahogando en un vaso. Un estudio llamó “síndrome del ahorro” a esa austeridad llevada al extremo que te impide disfrutar el presente por miedo al futuro. También tienes que vivir manaaaaaa. Todo está en el equilibrio.
  • Campechanea tu rutina financiera: La monotonía de “solo trabajar y ahorrar e invertir” es desgastaaaaante. Busca formas creativas de motivarte: por ejemplo, si siempre ahorras de forma fija, prueba retos de ahorro cortos (como el reto de 30 días ahorrando X cantidad). O haz jueguitos con tus finanzas con apps que hagan seguimiento más divertido. La idea es salir del ese hoyo negro que traes para que manejar tu dinero no se sienta como un castigo.
  • Conecta con gente, no con números nomás: El aislamiento aumenta el burnout. Platícalo con amigas de confianza: te sorprenderá saber que todas sentimos esa carga a ratos. Pueden intercambiar tips o simplemente desahogarse juntas. Arma un grupo de apoyo financiero donde celebren logros (así sea: “esta quincena no toqué mis ahorros”). Sentir comunidad te hace mas leve la carga.
  • Recuerda que tú eres el fin, el dinero sólo es el medio: En nuestro afán por optimizar, a veces el objetivo (tener bienestar y seguridad) se pierde y solo vemos cifras. Dale prioridad a tu salud mental: si necesitas un descanso de tanta cuenta, tómalo. Un fin de semana sin revisar tu app bancaria no te hará pedazos las finanzas, pero sí puede subirte el ánimo. Y si sientes que la ansiedad o depresión ya te sobrepasan, considera hablar con un profesional. Tu progreso financiero no vale nadoooota si llega con burnout y amargura incluida.

No todo se trata de optimizar tu dinero. También se trata de disfrutar lo que has logrado sin sentir culpa. Así como en el trabajo entendemos que la productividad sube cuando hay pausas y vacaciones, en las finanzas el descanso también es parte del progreso. Date permiso de frenar y celebrar: paga esa cenita con amigas de vez en cuando, cómprate algo que te hace ilusión (sin descarrilar tu plan obvio) y siéntete bien por hacerlo. Romper con la obsesión de la productividad constante no te hace irresponsable, te hace humana.

Y así vas a retomar tus metas con más claridad y energía. Tu cuenta bancaria sana y creciendo es importante, pero tu salud mental y tu vida lo son mucho más.


Con amor, Ana bananaaaa

 
 
 

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